¿Qué tipo de piel tengo?

¿Qué tipo de piel tengo?

Descubre tu tipo de piel y cómo debes cuidarla

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Cada vez son más las personas que se preocupan por el estado de su piel y deciden empezar a cuidarla especialmente, pero además de la intención necesitas ciertos conocimientos para aplicar el cuidado adecuado.

¿El cuidado adecuado? Sí, cada tipo de piel precisa un cuidado específico para resolver situaciones específicas. Debes entender que tu tipo de piel condicionará tanto su cuidado actual como el que tendrás más adelante. La condición de las pieles puede cambiar de manera drástica debido a factores como el clima, la alimentación o la actividad hormonal.

Reconoce tu tipo de piel

Para bien o para mal, no todas las pieles envejecen de la misma manera. Existen ciertos hábitos y factores externos que pueden alterar el estado de tu piel. Concretamente, se calcula que el 80% de los efectos del envejecimiento de la piel se producen por agresiones externas. Esto significa que se pueden ralentizar en gran medida los efectos del envejecimiento, pero, como ya sabes, el paso más necesario para dar a tu piel lo que necesita es reconocer sus necesidades.

Piel grasa

Se trata de un tipo de piel que se caracteriza por una producción elevada de sebo. Esa hiperproducción se conoce como seborrea.

Una piel grasa es fácil de reconocer: normalmente luce engrosada y pálida, suele estar brillante y los poros se ven agrandados.

La piel grasa suele acarrear algunos problemas de acné, en ocasiones leve, en cara, cuello, hombros, espalda y pecho.

Es posible prevenir el acné y disminuir los efectos de la seborrea con una alimentación compensada en grasas, con una rutina de limpieza con productos específicos para pieles grasas y el uso de los cosméticos adecuados.

Esencialmente, una piel grasa precisa un balance en la cantidad de grasa que tiene.

Piel grasa

Piel seca

La piel seca produce menos sebo que la piel normal y, como consecuencia, no tiene el volumen de lípidos necesario para retener la humedad y formar una capa protectora. Los dermatólogos suelen dividir las pieles secas en tres niveles: pieles secas, muy secas y extremadamente secas.

En el caso más leve, la piel parece algo tirante y áspera, con poca elasticidad. La piel muy seca presenta descamación y/o consistencia laminosa, además de picores. Por otra parte, la piel extremadamente seca tiene un aspecto cuarteado, con grietas y callosidades, y suele dar un picazón sostenido.

En una fase normal, para revertir los efectos de una piel seca basta con aportar a tu piel un nivel de hidratación adecuado, normalmente mediante cremas específicas que ayudan a equilibrar la producción de sebo. En fases avanzadas es recomendable poner en manos del dermatólogo el tratamiento a seguir.

Piel seca

Piel mixta

Si la piel grasa tiene un exceso de sebo y la piel seca carece del mismo, la piel mixta en realidad no es más que una mezcla de ambas. ¿Nos referimos a una piel balanceada? En absoluto. La piel mixta es un tipo de piel que tiene zonas secas y zonas grasas. Por ejemplo, la misma persona podría presentar características propias de la piel grasa en frente, barbilla y nariz, a la par que señales de piel seca en las mejillas. Para cuidar de una piel mixta, deben usarse productos de hidratación y limpieza específicos para pieles mixtas, que nivelen las condiciones tanto de las zonas secas como de las zonas grasas.

Piel normal

Se trata de una piel con un correcto balance que presenta la cantidad de lípidos necesaria para retener la humedad. Ni más ni menos. La piel normal es un tipo de piel especialmente saludable, que tiende a no presentar dificultades y la reconocerás por unos poros finos, una textura aterciopelada y una buena resistencia. ¿Cómo cuidar de una piel normal? Con una hidratación a base de productos para pieles normales y con una limpieza moderada.

Piel normal

Piel sensible

Es posible que tengas una piel con todas las características de la piel normal pero que no sea resistente. A ese tipo de piel la denominamos piel sensible. Se trata de una piel muy reactiva, que reacciona con facilidad a estímulos externos y con ello aparece enrojecimiento en las zonas afectadas.

Para controlar una piel sensible tendrás que hacer uso de cosmética hipoalergénica y evitar el estrés, el alcohol y los ambientes muy cálidos. En caso de que ya estés notando los efectos de algún elemento externo, puedes utilizar Talquistina Crema para aliviar picores e irritaciones. Por lo demás, deberás darle a tu piel una hidratación propia de una piel normal y limpiarla con suavidad.

Piel sensible

Piel tatuada

Independientemente del tipo de piel que tengas, si añades tinta, debes cuidarla de una manera especial. ¿Para qué? Para prevenir el deterioro de tu piel y el de tu tatuaje en consecuencia.

Utiliza a diario Talquistina Tattoo en tu zona tatuada para mantenerla hidratada y proteger tu piel del sol.

Puedes reforzar el buen testado de tu piel tatuada mediante una dieta sana, una buena higiene y beber la cantidad suficiente de agua al día.

Piel tatuada